CAPRICHOS DE TIEMPO. LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 2015
Las viejas casas abandonadas suscitan al curioso (y hacer fotos implica serlo) preguntas diversas, estimulan su imaginación y desatan su capacidad, por escasa que sea, de fantasear. Cuando tomé esta imagen, donde aparece un número, actualmente sin importancia, sobre la puerta de una vivienda deshabitada, imaginé que tiempo atrás debió vivir allí alguien real, alguien con nombre y apellidos, alguien que tal vez hoy es solo una sombra o quizá simplemente carnaza del olvido. Imposible saber de quién se trataba, queda para la conjetura esta viñeta sin personajes, teñida de ausencia y extravío, que la convierten en un desolador fragmento de nostalgia.
Comentarios
Publicar un comentario