SUPREMACÍA. LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 2015

Cuando la mirada inquisidora del fotógrafo descubre, como en este caso, un espacio vacío donde antes había presuntamente vida, risas, conflictos, desafíos, se desata una serie de preguntas y todas comienzan por los consabidos quién, cómo, dónde, etc. Es en la mayoría de los casos imposible dar respuesta a esas incertidumbres: el transcurso del tiempo se ha encargado de sepultar las posibles soluciones y seguramente a muchos de sus protagonistas. En un populoso barrio de Las Palmas capital observé este contraste entre la desolación de la vivienda deshabitada y el azulado tesón de las flores que la rodeaban, que parecen querer contravenir la triste pujanza de aquella con una serena aportación vital a prueba de olvido.

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