COMO AVE FÉNIX. VARSOVIA, 2014


La historia de Varsovia resulta, cuando menos, convulsa. Anexiones, revueltas, guerras de sucesión, invasiones, destrucción y otros numerosos vaivenes jalonan los destinos de la capital polaca desde prácticamente sus primeros registros históricos, hacia 1262.

Las dos guerras mundiales y el periodo de entreguerras tampoco contribuyeron precisamente a al sosiego de los habitantes de la ciudad. En 1915, Varsovia fue ocupada por las tropas del II Imperio Alemán. Entre 1919 (otras fuentes citan 1920 como año de inicio de este conflicto) y 1921 se desarrolló la llamada Guerra Ruso-Polaca, con la Batalla de Varsovia como uno de sus puntos álgidos. Al inicio de la II Guerra Mundial, en 1939, la ciudad fue bombardeada por las fuerzas aéreas del II Reich y tras una serie de combates que comenzaron el 8 de septiembre, el 1 de octubre las tropas alemanas entraron en la ciudad, llevando a cabo en ella no solo el asesinato, deportación o confinamiento de su población, sino asimismo un saqueo cultural y una destrucción urbana que se prolongó hasta el final del conflicto armado. La ciudad que había sido conocida como “la París del Norte” perdió, según citan fuentes fidedignas, el 80% de sus edificaciones.

Con la creación de una oficina de reconstrucción urbana, en 1945, se inició en Varsovia un proceso de restauración de la capital polaca que se tradujo en que su barrio histórico fuese inscrito, en 1989, en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.

Hace algo más de 70 años, pues, el casco antiguo de Varsovia era tristemente un montón de escombros. No obstante, esas secuelas de la barbarie de la que es capaz el ser humano en su afán de poder fueron contrarrestadas con creces por un generoso esfuerzo -cualidad también humana, al menos cuando se impone el sentido común- tanto nacional como internacional. Loable tarea que hizo resurgir, nunca mejor dicho, esta ciudad y su hermosa Plaza Zamkowy de sus cenizas para convertirla, a ojos de quien tiene la dicha de contemplarla con cierto detalle y afecto, en un atormentado fragmento de nostalgia.

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