BOHEMIO EN BOHEMIA. PRAGA, 2010


Un veterano músico callejero, Vladimir Pinta, se gana su sustento interpretando piezas de jazz y otras variadas melodías con su inseparable trombón en las calles de la capital checa, Praga.

Toda una historia hay detrás de su presencia venerable. En sus inicios fue profesor, y luego actuó en cafés, clubs nocturnos, barcos e incluso en hoteles en el extranjero. Se dice que fue amenazado por la municipalidad praguense, ciudad en cuyo casco antiguo toca desde 2002, debido a un decreto que obliga a los artistas callejeros a retirarse de la Plaza de la Ciudad Vieja, circunstancia que lo obligó a trasladarse a otros puntos de la urbe.

Su historia de amor con la ciudad donde nació le ha llevado a revelar que cuando los tanques soviéticos llegaron en 1968, en un intento de sofocar lo que se llamó “La primavera de Praga”, toda la banda con la que tocaba huyó a Alemania "y nadie entendió por qué no me fui con ellos”.

A través de sus notas, que regalan los oídos de los curiosos con canciones de países diversos, el "Artista bohemio de Praga", como gusta de ser llamado, tributa todo un homenaje a la música y evidencia un testimonio de libertad y perseverancia, al tiempo que se suma a tantas otras razones previas para exhortar al visitante a enamorarse de esta ciudad hermosísima y ensalzar cada imagen de sus rincones como un auténtico fragmento de nostalgia.

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