FELIZ NAVIDAD
La llegada del mes de diciembre siempre ha significado para mí una especie de gozoso arribo a un horizonte novedoso, a pesar de tratarse de un acontecimiento cíclico. Me explicaré brevemente: De pequeño, cuando ya tuve uso de razón, diciembre significaba mil cosas: inminentes vacaciones en el colegio, deseadas Nochebuena y fin de año en casa de mis abuelos, con ellos, con mis padres y mi hermano, con mis primos, mis tíos, etc., la ilusión del día de Reyes (aunque eso sucediera ya en enero, diciembre era el umbral a cruzar; en aquellos tiempos, Papá Noel, Santa Claus y similares eran conceptos totalmente ajenos a los niños y mucho más a los padres), en definitiva, una época altamente ilusionante. De mayor, y aunque con el decurso del tiempo se fueron sucediendo las ausencias, la Navidad siguió siendo una época entrañable. Compartir aquellos días siquiera solo con mis padres y mi hermano continuó siendo un modo de festejar la vida, de dar gracias a ese Niño Dios que renace por lo que ten...