EL FUEGO DE LA ESPERANZA. LA PALMA, 2011.


¿Quién sabe si por estas mismas laderas corre hoy o correrá en breve esa lava inexorable que está cambiando la fisonomía de tantos parajes y de tantas almas?

No suelo hablar de tragedias, salvo cuando han estallado muy cerca, como por ejemplo al producirse la pérdida de seres muy queridos para mí.

Sin embargo, como ser humano y canario que soy, sin dejar de ser hijo de la vida y ciudadano del mundo, me compete contemplar también esta circunstancia con dolor y con resignación al tiempo.

Con dolor, porque me siento integrante del género humano y, aunque me avergüence profundamente de parte de él, también me enorgullezco de otra porción y me compadezco de su efímera totalidad. Con resignación, porque nunca nuestro orgullo como presuntos "reyes de la naturaleza" va a poder impedir que ella se manifieste sin tener en consideración nuestros pobres afanes.

Plasmo aquí mi honda solidaridad con las víctimas de este infortunio y mi esperanza de que lo antes posible pueda sosegarse esta actividad telúrica y queden a salvo las personas, los lugares, las pertenencias, las economías.

Dejo esta imagen, tomada en 2011 en un paraje de la isla de La Palma cuyo nombre no recuerdo, en homenaje a tan bello lugar y a sus habitantes, como un confiado fragmento de nostalgia.

 

Comentarios

Entradas populares