TEXTURAS. LA OROTAVA, 2017.

 
Hoy, por razones comerciales, he tenido la ocasión de conversar, más largamente de lo que esperaba, con una persona tan desconocida para mí como yo para ella, y a través de un simple chat; todo comenzó como es habitual en estos casos, es decir, con ciertas puntualizaciones sobre determinados productos, aportación de datos, etc.

Sin embargo, y de una manera totalmente involuntaria, en un momento determinado la charla tomo unos derroteros quizá más levemente personales, y descubrí, con una mezcla de sorpresa y satisfacción, que detrás de la pantalla se ocultaba alguien de exquisitos modales, apreciable cultura e innegables inclinaciones artísticas y literarias. Sin propuesta previa, y sin conceder por ello que el motivo que nos había llevado a coincidir se desvaneciera, dejamos que la pantalla se orlase con comentarios inherentes a la fotografía y a la literatura, lo que nos llevó a acabar la conversación en medio de una grata cordialidad y, debo confesarlo, con bastante pesar por mi parte debido a lo agradable del improvisado diálogo.

Este hecho, que resulta aparente y meramente anecdótico, me hizo pensar de una manera vaga y quizá con cierta ternura, en la diversidad y complejidad del ser humano; por decantación poética, mis divagaciones derivaron en algo tan abstracto como la "textura" de la palabra; deduje que a pesar de lo impersonal y engañoso que puede ser un medio de comunicación electrónico, en ocasiones, gracias a esa textura, perceptible solo con los sentidos albergados en el corazón, se abren paso la franqueza, la sencillez, y con ellas el verdadero rostro de las personas, ese rostro que estimula a depositar, a pesar de la crudeza de los tiempos, siquiera una gota de esperanza en esta humanidad devastada intelectual y psicológicamente por los vaivenes del mercantilismo impío.

En reconocimiento a esa persona, Dunia, y a su palabra de suave tacto, traigo hoy esta foto, tomada en  septiembre pasado en la Casa de los Balcones de La Orotava, en la vecina isla de Tenerife, y que muestra elementos minerales -texturas, en definitiva-, usadas para configurar las famosas alfombras del Corpus Christi en esa ciudad. Dejaremos que cumpla su misión como -respecto tanto a aquel viaje como a esa conversación- colorido fragmento de nostalgia.

Comentarios

  1. Querido Pablo,

    Nos ha encantado su artículo y nos alegra enormemente que La Casa de los Balcones haya formado parte de esta obra literaria tan preciosa.
    Con su permiso, compartimos su artículo en nuestra página oficial de facebook @casadelosbalcones.

    Esperamos que le haya gustado la visita y sabe que siempre será bienvenido.
    Cualquier cosa que necesite estamos dispuestos a ofrecerle nuestro servicio.


    Una vez más, muchas gracias.
    Un cordial saludo,
    El equipo de La Casa de los Balcones

    http://www.facebook.com/Casadelosbalcones

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    Respuestas
    1. Muchas gracias. Me alegra que les haya gustado y espero tener ocasión de ampliar mis comentarios sobre La Casa de los Balcones, ya que mi visita resultó muy placentera. Les reitero mi agradecimiento y les envío mis mejores deseos.

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