EL SECRETO. ROMA, 2017

Junto a una de las entradas a la Basílica de San Pedro, una joven, de nacionalidad desconocida para este humilde cazador de imágenes, parece querer mantenerse voluntariamente al margen de todo lo que la rodea. ¿Aburrida? ¿Enamorada? ¿Descorazonada? ¿Entregada a profundas reflexiones? ¿Pensando en las musarañas? Imposible saberlo...

Pequeña ante la imponente verja, versátil en comparación con el Obelisco egipcio, mandado a construir por el faraón Amenemhet II más de mil años antes de Cristo, quizá algo menos anónima de lo que ella misma querría, desde su aislamiento me permitió convertirla en protagonista involuntaria de esta imagen.

Como espectadores, podemos elucubrar miles de circunstancias y hacerlas concurrir en su cabeza y en su corazón; hallarla triste, inventarle razones, considerarla ajena o simplemente ensimismada, pero en el fondo, los secretos de su interior solo los posee ella. En la vana espera de que un día pueda reencontrarla y me brinde su sinceridad, me satisface haberla detenido en el tiempo como un absorto fragmento de nostalgia.

Comentarios

Entradas populares